Intervenciones Asistidas con Caballos: actividades para adultos mayores

Las terapias y actividades para adultos mayores asistidas con caballos son una propuesta novedosa y muy atractiva, especialmente las dirigidas a aquéllos que viven en residencias, en las que se combinan los efectos terapéuticos positivos de las interacciones con animales con las actividades al aire libre que potencian un envejecimiento activo y divertido, con el objetivo principal de optimizar la calidad de vida de ellas.

No obstante, las actividades con equinos en ningún momento resulta ser algo realmente nuevo, los beneficios de la Hipoterapia se remontan a los antiguos griegos, quienes la aconsejaban para mejorar el ánimo de los enfermos que no tenían curación. En el año 458- 377 A.C. Hipócrates, el médico conocido como “el padre de la medicina”, en su libro “Las Dietas” aconsejaba la Equitación para regenerar la salud y preservar el cuerpo humano de muchas dolencias, y sobre todo en el tratamiento del insomnio. Actualmente, el aumento en la longevidad, el incremento de la dependencia y otros factores sociales adversos, potencian situaciones en las cuales los mayores se sienten desplazados, dando lugar a sentimientos de soledad y vacío emocional, lo que debilita a su vez su estado de salud físico.

Pie a tierraLa Hipoterapia (palabra procedente del griego “Hippos”/ Caballo y “Therapeuein”/ Cuidar, Sanar más el sufijo “ia”/ cualidad) es una modalidad cinesiterápica asistida de facilitación neuromuscular polisensorial, que utiliza el movimiento tridimensional semejante a la marcha humana y la temperatura corporal del animal para el tratamiento de patologías físicas. El movimiento es la base del tratamiento físico- rehabilitador. El ejercicio con efecto curativo es indicado para reducir el dolor, mantener o aumentar el rango de movilidad articular y muscular, mantener o mejorar la fuerza muscular, la coordinación y el control neuromuscular, mejorar el equilibrio y la postura, y en el aprendizaje y reaprendizaje psicomotor. Así es que montar a caballo equivale a caminar sentado. Regula la postura y el tono muscular, y permite una mejor coordinación motriz fina y gruesa, un mejor conocimiento del propio esquema corporal y de la propiocepción. (Gabriels 2009, Ajzenman 2013, Wuang et al 2010).

Además, en las actividades para adultos mayores, el vínculo que se genera al relacionarse con el caballo y las connotaciones positivas del entorno rural, permiten trabajar aspectos de ámbito emocional, social y relacional. A medida que transcurren las sesiones terapéuticas, a través de actividades ecuestres cotidianas que se realizan pie a tierra, como el cuidado, la limpieza y la alimentación del animal, se establece un vínculo emocional entre el adulto- anciano y el caballo que se convierte en el eje básico del proceso terapéutico.  De esta forma, la intervención asistida con caballos puede también adaptarse como Terapia Ocupacional para adultos con diversidad funcional. Partiendo de la base del que el ser humano es activo y social por naturaleza, la ocupación conlleva una interacción recíproca con la salud física y mental.

Sesiones de actividades para adultos mayores

Las sesiones se orientan también a ejercitar las capacidades cognitivas y sensoriales, potenciar la comunicación verbal y la sociabilización entre los trabajadores y los residentes del geriátrico. Mediante las terapias ecuestres se propicia la creación de un entorno natural capaz de evocar en nuestros mayores recuerdos agradables, relacionados con la vida en el campo y vinculados a los animales: reminiscencia, algo de vital importancia para personas con demencias o Alzheimer. Este contexto capaz de acercar al adulto mayor a sus experiencias vitales despierta además deseos de comunicación y transmisión del conocimiento. El caballo actúa como nexo de unión en las conversaciones entre terapeuta y paciente; al mismo tiempo que genera situaciones de intercambio de roles, que influyen muy positivamente en el desarrollo de la autoestima y la autopercepción de las personas mayores.

CariciasY, como las actividades para adultos mayores tienen lugar en un contexto lúdico y natural, fundamentalmente en áreas abiertas y rodeadas de vegetación y otros animales, existiendo una especie de convivencia familiar, éstas representan para ellos/as unos momentos de diversión, entretenimiento y de actividad física-deportiva. A su vez mejora la capacidad de atención y concentración, y no se sienten o perciben realizando una terapia o trabajo de gabinete promoviéndose una buena disposición para el aprendizaje, estimulándose así el cerebro además del cuerpo mediante los cinco sentidos, lo cual favorece los procesos mentales complejos, como las Funciones Ejecutivas a la vez que activa la memoria sensorial y de trabajo, y les transmite mayor seguridad alejando los temores, algo que se generaliza a las actividades de la vida diaria. (Holm, 2013, Llambias, 2016).

            Como resumen, para la Human Animal Bond Research Institute (HABRI) y la Mental Health America (MHA), los cinco beneficios más significativos de pasar tiempo con animales y/o tener una mascota son:

1.- Alivio del estrés: Se ha comprobado que después de las sesiones las personas se sienten más felices, más tranquilas y menos solas. Varios estudios han revelado que el acariciar a un animal es eficaz para aliviar la reacción cardiovascular al estrés y bajar la presión sanguínea, (Friedmann et al., 1983; Baun et al.; 1984; Jenkins 1986; Vormbrock y Grossberg, 1988).

2.- Mejora del estado de ánimo y lucha contra la depresión: Las Intervenciones Asistidas con Animales proporcionan a las personas la posibilidad de mostrar su ternura y afecto, y les ayuda a controlar y regular su propia conducta al desarrollar sentimientos de empatía hacia otros seres vivos. Además, se ha comprobado que disfrutan de más episodios de risas espontáneas durante el contacto así como les sirve de entretenimiento y alejan pensamientos negativos y rumiantes.

3.-Reducción del sentimiento de soledad: Cuidar de los animales nos provee de un sentimiento de propósito y significado de nuestra vida que incrementa la autoestima, la movilidad, las relaciones sociales y la autonomía. Además, el “rol de cuidado” al que están acostumbrados estas personas se invierte por el de “cuidador”, ya que se les hace responsable del cuidado de otro ser vivo y se potencia la sensación de normalidad.

4.- Mejora de la calidad de vida: En varios estudios se observa que el 96% de los dueños de mascotas refiere que vivir con animales tiene un impacto positivo en sus vidas, les dan alegría, soporte emocional e incrementa su actividad física y relaciones sociales.

5.- Proporciona ayuda a largo plazo para aquéllos con delicada salud mental: aportan una sensación de control inherente al cuidado de la mascota, así como rutinas diarias y condiciones favorables para confiar en que nuestro animal estará para ayudarnos cuando nos sintamos tristes, solos o con miedo. La razón más documentada por la neurociencia es la activación de la Oxitocina, la hormona del vínculo y del amor, y de las Endorfinas, las hormonas de la felicidad. Pasar tiempo en entornos naturales, respirando aire puro y en contacto con animales, lo que ocurre en las actividades para adultos mayores, representa una variable amortiguadora del estrés que reduce también el Cortisol y suaviza el impacto de los sucesos negativos de la vida diaria, y especialmente del aburrimiento. (Tabares C, 2014). Además, al observarlos cuidando y/o montados sobre un animal tan grande y compartir esta actividad con ellos/as, tanto familares como cuidadores incrementan el sentido de confianza y orgullo hacia ellos/as, lo que les permite apoyarlos en su autodeterminación y autonomía. Esto favorece a su vez el sentido de logro personal, invirtiendose el proceso de proteccionismo por el de capacitación. De esta manera, se aprenden y comparten pautas de actuación positivas y distintas para trabajar en las actividades de la vida diaria. A la vez que se rehabilita el cuerpo y se reeduca la mente desde los procesos más básicos y naturales.

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Un fuerte abrazo desde Equitea

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