Entre la motivación y el juego: el perro como facilitador de aprendizajes

Si a los ocho años me hubiesen dicho que un animal podía acompañarme en los quehaceres escolares, posiblemente no lo hubiese creído. Hoy, siendo profesional de la salud y la educación con unos cuantos años trabajando desde las intervenciones asistidas, pienso cuánto podría haberme facilitado tener un compañero no humano que me motive; hago esta reflexión porque el acto de aprender, históricamente, ha sido asociado a esfuerzo, aburrimiento, repetición. En el colectivo imaginario, ir a la escuela ha representado sentimientos y emociones de resistencia y negación, de exposición y a veces hasta de vergüenza. Los psicopedagogos estamos acostumbrados a escuchar este tipo de discursos que cobran diversas significaciones según el emisor (padres, docentes, niños y niñas), pero que al fin de cuentas tienen un mismo origen: la (falta de) motivación.

 Acariciar perros Mi intención en este artículo no es focalizarme en la crítica de un sistema educativo al que considero obsoleto, sino tomar como referencia esos puntos débiles que el propio sistema nos deja entrever para poder pensar como agentes de cambio; es aquí donde centro la atención y el objetivo de este escrito: el perro. Es aquí donde este ancestral compañero no humano hace su aparición triunfal, donde su sola presencia en el escenario educativo/terapéutico genera un revuelo difícil de olvidar.

Imaginemos… Intervenciones Asistidas  en el aula 

Hagamos un ejercicio: cerremos los ojos e imaginemos un espacio determinado (puede ser un aula, un consultorio), se abre la puerta y entra…un perro. (¿Sonrieron?). Ahora, ese perro desarrolla una tarea: es el encargado de repartir en una canasta o en su chaleco, las hojas en las cuales los niños harán la tarea…Intervenciones Asistidasrecorre todo el espacio, espera paciente que los participantes saquen los elementos de trabajo, los niños lo acarician mientras trabajan en el aula … por último, “choca los 5” con aquellos que pasan al pizarrón a resolver la actividad asignada… (¿siguen sonriendo?).

Si como adultos, el sólo hecho de imaginar la situación nos provoca emoción y alegría, imaginemos lo que podría generar en niños y niñas vivenciar tal experiencia. Con este ejemplo soy consciente que no cambié en absoluto el sistema educativo, pero la introducción de un perro en este contexto áulico si cambió la idea de aprender, al menos de aquellos que pudiesen haber participado. Es en este sentido cómo la EAA (Educación Asistida con Animales) puede contribuir a modificar el currículum a través de programas que favorezcan la incorporación y adquisición de contenidos y habilidades curriculares de forma vivencial y práctica, mediante el juego con los animales previamente adiestrados y que, en este contexto, cumplen la función de co-educadores.

Desde esta perspectiva, los niños y niñas se transforman en protagonistas de su propia aventura educativa, los adultos nos corremos del lugar de poseedores del saber absoluto y nos posicionamos desde el rol de tutores del aprendizaje, transitando un camino compartido que se torna ameno, agradable y deseable. En mi experiencia personal, he podido observar cómo las emociones positivas que surgen durante las intervenciones asistidas consiguen que los niños Perros en el aulay niñas venzan sus miedos, inseguridades y recelo ante las potenciales dificultades de aprendizaje que pudiesen surgir, y modifiquen su actitud y predisposición sobre lo que implica ir a la escuela, aumentando así su motivación hacia todos los aspectos de índole pedagógica. Es así como, con este tipo de intervenciones asistidas, los objetivos a los que he aspirado como psicopedagoga estuvieron (y están) orientados específicamente a promover la mejora en el funcionamiento cognitivo de los alumnos y alumnas, a indagar sobre actividades lúdicas que tengan a los animales (perros en este caso) como facilitadores en los diferentes procesos de incorporación de conocimientos y acompañar las trayectorias escolares desde un lugar motivacional.

Esta propuesta se lleva a cabo en la institución en la que desarrollo mi trabajo, y espero a futuro ponerlo en práctica en contextos de educación formal, más allá de los talleres que brindamos en escuelas y colegios. Mi objetivo a largo plazo es lograr la implementación de las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) como prueba piloto en instituciones de mi ciudad y realizar un trabajo conjunto con los docentes ya que en el aula son ellos los principales referentes al momento de propiciar ambientes de aprendizaje saludables; brindar el asesoramiento adecuado sobre las diferentes metodologías que pudiesen implementarse, como es el caso de las IAA en aquellas instancias de apatía, desmotivación o indiferencia dentro de contextos de educación formal, permitirá Perros en el coledar respuesta a las necesidades que pudiesen surgir a nivel individual y/o grupal y generar aprendizajes significativos para el grupo escolar, pero además derribará prejuicios sobre la utilización de nuevas herramientas y recursos como fuentes de motivación. A modo personal, considero que como profesionales del ámbito educativo y de la salud nos vemos en la obligación de capacitarnos e investigar sobre prácticas que nos permitan acercarnos más a nuestros niños y niñas para poder acompañarlos en sus trayectorias escolares. La EAA nos brinda esta posibilidad y nos da la oportunidad de liberarnos de prejuicios acerca de métodos alternativos que pueden resultar provechosos para mejorar el desempeño de nuestros estudiantes y pacientes. –

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Un fuerte abrazo desde Fundación Jingles

Nos vemos en las redes!

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