¿Qué es eso de un perro en el dentista? La respuesta es el acompañamiento dental u Odontología Asistida con perros. Al margen de cómo lo llamemos, consiste en disminuir la ansiedad y el temor que generan los procedimientos dentales mediante la presencia de un perro en la consulta.

Esto se produce debido a que el perro en el dentista permite recrear el ambiente, cambiar el foco de atención de la persona desde el procedimiento al perro. Además, disminuye los niveles de cortisol en el paciente, reduciendo el estrés de forma considerable.

De esta forma, el perro se transforma en un refuerzo positivo para el paciente, calmando el miedo de forma externa, sin necesidad de adherir anestesia o gases.

Es importante destacar que el perro que realice este acompañamiento debe ser entrenado desde cachorro para esto y estar acostumbrado a relacionarse con diferentes personas, disfrutando de su compañía.

¿Dónde se sitúa el perro?

El perro puede jugar con los usuarios/as desde la sala de espera hasta ingresar en la sala del dentista. Una vez allí, se puede colocar encima  del sillón dental, encima de la persona o en el suelo, según lo desee el/la paciente.

Caso práctico

Dentro de las experiencias de Puertocan en acompañamiento dental, es decir, con el perro en el dentista, queremos destacar un relato del odontopediatra Manuel Ponce.

Manuel refiere que una de sus pacientes le temía al dentista. Incluso con crisis de pánico asociadas antes de acudir a la consulta dental. Por tanto, la anestesia general era la única solución que existía para realizar el tratamiento.

“En un principio fue difícil que se dejara atender, no se quería sentar en el sillón, sudaba y estaba muy asustada. Debido a esto, se le comenta la idea a su madre de realizar el tratamiento dental con acompañamiento canino”.

Se agendó la sesión y durante media hora, previo al ingreso a la consulta, la niña se vinculó con Manolo y, posteriormente, logra sentarse en el sillón dental.

Manolo se posiciona sobre las piernas de ella, lo acaricia y de esta manera permitió que el odontólogo pudiera realizar su trabajo, incluso desligándose de lo que estaba realizando el profesional.

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Un fuerte abrazo a todos desde la Fundación PUERTOCAN

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