Perro jubilado en las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA)

¿Perro de intervención o perro de terapia? En realidad, no lo sé, simplemente soy un perro jubilado, aunque si miramos la nomenclatura de la IAHAIO, que es la International Association of Human-Animal Interaction Organizations, entonces sí definitivamente soy un perro de intervención.

Mi nombre es Suri, voy a hacer 11 años y hoy estoy aquí porque vengo a reivindicar en nombre de todos mis compañeros una jubilación digna tras una larga vida de trabajo.

Sí trabajo, porque no sé si sabréis que las intervenciones que hemos venido desarrollando han ido encaminadas a ayudar a trabajar distintos aspectos en niños y no tan niños que estaban en proceso de recuperación, re-habilitación y/o desarrollo de sus capacidades. Por ello nos llamaban perros de terapia.

Perros jubilados IAA 1

Desde que era un cachorrito, al igual que muchos de mis compañeros, fui socializado con otros animales y personas pues mi destino estaba escrito. Durante años visité colegios, centros de educación especial, residencias…en fin un montón de lugares en los que era muy bien recibido. Como buen trabajador tenía mis derechos que ya se encargaban mis dueños de que se cumplieran. Debéis saber que cuando trabajamos tenemos derecho a consentir nuestra participación en el trabajo que nos encomienden; también merecemos entrenamientos que nos ayuden a entender lo que ellos quieren que hagamos. Y llegado el día, también tenemos derecho a ser un perro jubilado. La verdad es que en ese sentido mis amigos y yo no nos podemos quejar porque siempre nos han enseñado en positivo, aunque yo sé que hay algunos dueños un poco petardos que pegan a los perros si no obedecen y eso no está nada bien.

También tenía derecho a que se fijasen en mi lenguaje no verbal para saber si yo estaba cómodo o necesitaba algo porque me tenían que proteger. Pero sin lugar a dudas uno de los derechos que más me gustaban como trabajador es que después de las sesiones venía mi merecido masajito, o el paseo para relajarme, eso sin olvidar la rica comida y los ejercicios tanto físicos como mentales y por supuesto mis ratitos con los colegas.

La verdad es que de currante no se estaba mal, pero…..a mi me llegó la hora de convertirme en un perro jubilado antes de lo previsto.

Tengo compañeros que siguen currando con mi edad, pero ellos están muy muy sanos, yo por el contrario enfermé, empecé con achaques en mis articulaciones y un montón de cosas que hicieron que me tuviera que quedar en casa, pero no penséis que he ido a peor.

Debo reconocer que la vida de un perro jubilado a pesar de todo mola.

Sigo visitando a mi veterinario para la puesta a punto, aunque reconozco que más a menudo que cuando estaba en activo.

En casa sigo teniendo mi sitio, que me lo he ganado. Digo en casa porque la mayoría de nosotros vivimos dentro de casa con nuestros guías y somos uno más en la familia. En lo bueno (cuando nos llevan de vacaciones) y en lo malo (cuando nos aliamos con el gato o el niño de la casa y la liamos un poco parda).

Perros jubilados IAA 2

Las ventajas de perro jubilado son un montón:

– Puedo dormir más horas (ahora no tengo que madrugar para ir al cole o quedarme sin la siesta para visitar a unos abuelos)

– Los paseos son más lentos así que puedo oler más a gusto sin pensar que tengo que aprender un ejercicio nuevo. Digamos que disfruto más de los olores.

– Me he sumado al carro del envejecimiento activo, pero a mi manera. Yo sigo haciendo ejercicio, pero con eso de que estoy mayor a veces me escaqueo y me dejan descansar al solecito.

– Lo mismo pasa con la comida. He entrenado la cara de “pobrecito está mayor” y he conseguido adiestrar a mis dueños para que me den más chuches que antes

Perros jubilados IAA 3

– Ahora tengo derecho a más masajes y por derecho propio tengo un sitio en el sofá y otro en la cama cuando me apetece.

– Me he ganado el respeto de los otros perros de mi casa (y esto sé que les ha pasado a otros colegas).

Lo único que me da pena de estar jubilado es que ya no puedo visitar a los niños en los coles o a los abuelos en las residencias, pero me siguen llevando de paseo por sitios donde hay mucha gente cuando yo quiero porque me gusta acercarme para que me den una caricia.

Algunos preguntan que con qué edad nos jubilamos, pero la verdad es que depende un poco de cada uno de nosotros. Mírame a mí, me he convertido en perro jubilado con 7 años. Sin embargo, mi socio Horus va a hacer 13 y el tío sigue activo, aunque con poca carga de trabajo, qué envidia. Lo que está claro es que mientras tengamos aptitudes y actitudes para las sesiones, mientras nos encante lo que hacemos y tengamos una salud estupenda ¿por qué vamos a jubilarnos?

Perros jubilados IAA 4

Espero que este artículo te guste y sea de utilidad. Por favor, comparte y haz que sume si es así!

Un fuerte abrazo a todos desde la asociación Ufi Apettece

Nos vemos en las redes!

Deja un comentario

Blogger

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on whatsapp
WhatsApp
Ir arriba