Animales que ayudan a menores expuestos a violencia de genero

Efectivamente, eso nos preguntamos años antes de poner en marcha el programa “Aztarna Uzten” de terapia asistida con animales (TAA) dirigido a menores expuestos a violencia de género en nuestra entidad Biak Bat. Hasta entonces, nuestra experiencia se centraba en el trabajo con personas con diversidad funcional.

En 2014 realizamos un proyecto de TAA dirigido a jóvenes en dificultad social en el contexto de una granja escuela. Una experiencia que, sin duda, marcó un antes y un después en nuestra entidad.

A lo largo de las sesiones, esos jóvenes, mediante sus comportamientos nos ponían de relieve sus dificultades socioemocionales y de apego. Además, expresaban la necesidad de volver a confiar y establecer una relación positiva sin juicios.

Jóvenes, en su gran mayoría que habían crecido en un ambiente en el que la violencia ejercida a sus madres y ellos/as era algo cotidiano. Esto encendió la alarma en nuestro equipo. Y fue la semilla que hizo plantearnos una intervención con animales con menores expuestos a violencia de género. En concreto, desde una edad más temprana para poder atender lo antes posible las necesidades derivadas de la exposición y vivencia de la violencia.

Después de años de preparación, surge en 2017, el proyecto “Aztarna Uzten”. Un programa de terapia asistida con animales (TAA) dirigido a menores expuestos a violencia de género, así como sus madres o figuras educativas de referencia.

1. ¿Cuál fue la base para el desarrollo del programa de terapia asistida con animales (TAA) dirigido a menores expuestos a violencia de género?

En primer lugar conocer las necesidades de estas niñas, niños y jóvenes. Y, por otro lado, revisar la evidencia científica que respaldara la TAA como una opción validada en el trabajo con ellas y ellos.

Entre las necesidades más destacables se encuentran una baja autoestima y de confianza en sí mismos/as, estrés, ansiedad y depresión, insomnio, sentimiento de soledad, miedo e inseguridad, afectando todo ello a su salud física y mental.

Además, una de las mayores dificultades con las que la/el profesional se encuentra es la desconfianza, el temor y amenaza que sienten estos niños y niñas al interactuar con una persona adulta. Por otro lado, desconfianza lógica si se piensa en cuál ha sido la relación que han mantenido con las figuras adultas.

En cuanto a la evidencia científica, destacar la publicación en 2018 de Germain y cols.[1], en el que destacan que la TAA en general, se ha asociado con una mejora en los síntomas de estrés postraumático, depresión y ansiedad. Además también de favorecer la adherencia al tratamiento y la motivación en personas que han sufrido situaciones traumáticas.

Biak Bat 2

Con todo ello, nos planteamos la siguiente cuestión:

2. ¿Cómo podemos favorecer un proceso terapéutico basado en la confianza y seguridad con el apoyo de nuestro equipo canino?

Toda la experiencia acumulada en años anteriores nos sirvió para el diseño de un programa estructurado, con objetivos evaluables y enmarcados en la reducción de los síntomas emocionales derivados de la vivencia de la violencia de género y en mejorar las competencias para:

  • la regulación de la activación y manejo del estrés
  • la expresión afectiva y la adecuada regulación emocional.

Destacar además otro de los objetivos a conseguir con la intervención, el aumento de la evidencia científica en el ámbito de la terapia asistida con animales (TAA), así como en el campo de las/os menores expuestos a la violencia de género. Éste último objetivo lo desarrollamos en colaboración con la Universidad del País Vasco- Euskal Herriko Unibertsitatea.

En el desarrollo del programa hemos podido destacar cómo el perro actúa como un importante desencadenante de emociones y un gran facilitador social además de generar una motivación e implicación muy positivas para el desarrollo de la terapia.

Por lo general, favorece la aproximación voluntaria ya que el interés por interactuar con el perro hace que el perro se convierta en el puente entre el menor y mujer y terapeuta y las distancias y reticencias iniciales se reducen.

En resumen, el animal nos ayuda a que el/la menor se implique en el desarrollo de las sesiones, sintiendo al perro como un apoyo y generando un entorno de normalidad en el ambiente terapéutico.

Biat Bak 3

Desde 2017 hasta la actualidad se han puesto en marcha 6 programas y se han beneficiado un total de 30 menores acompañados de sus madres o figuras educativas de referencia.

Siendo una experiencia muy positiva para todas las personas y animales que participan en el mismo, en la creación de una relación positiva, basada en confianza y sin juicios.

Parte del trabajo de estos años ha quedado reflejado en la publicación del artículo en 2019: Leaving A Mark, An Animal-Assisted Intervention Programme for Children Who Have Been Exposed to Gender-Based Violence: A Pilot Study. Int. J. Environ. Res. Public Health 2019.

Esperamos que este post te haya sido de utilidad. Por favor, comparte si es así!

Nos vemos en las redes!

  1. Germain S.M., Wilkie K.D., Milbourne V.M., Theule J. Animal-assisted psychotherapy and trauma: A meta-analysis. Anthrozoös. 2018;31:141–164. doi: 10.1080/08927936.2018.1434044. [CrossRef] [Google Scholar]

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