Intervenciones Asistidas con Perros para la inclusión en el aprendizaje

Desde la fundación siempre surge como cuestionamiento a la hora de dictar talleres, actividades cómo nombrar el trabajo hacia la inclusión. Nos preguntamos ¿es necesario nombrar que una actividad es inclusiva? ¿Cuándo estamos ejerciendo inclusión en el aprendizaje? 

Desde nuestro espacio, el trabajo es siempre pensado de modo inclusivo, es decir, promoviendo la inclusión. Al igual que en muchos espacios en donde se trabaja con diversidad de seres, uno de los pilares fundantes debe ser el respeto por dicha diversidad, es decir, inclusión en el aprendizaje y que esto se refleje  en lo cotidiano. Consideramos imprescindible, además para nuestras prácticas, el constante respeto por la singularidad, por la capacidad de todos y todas de enriquecer los procesos de aprendizajes partiendo de múltiples miradas, encontrando así puntos de encuentros, de escucha y respeto mutuo. 

 

IAP para la inclusión en el aprendizaje

A la hora de llevar a cabo una propuesta a través de las Intervenciones Asistidas con Perros (IAP), creemos que es necesario partir del respeto, el disfrute y sobre todo la escucha constante de nuestro compañero de cuatro patas, comprendiendo que acompañan una actividad y no son la actividad en sí misma.  Lo hacemos justamente trabajando desde la capacidad que tiene cada ser, aportando lo necesario para generar nuevos aprendizajes. Generando  así una inclusión en el aprendizaje que respete las maneras de aprender, ya que son múltiples y proporcionales a los integrantes que la conforman. 

Como profesionales de la educación, es prioridad entender que los modos de comunicar, plasmar y llevar adelante contenidos es una tarea dinámica, y como tal, es necesario reaprender nuevas formas, cuestionando, de-construyendo las que trasladamos para dar lugar a nuevas maneras de llegar al conocimiento. Es decir, la educación como derecho real para todos y todas no es sinónimo de educación homogénea y estática sino, por el contrario, es dinámica, cambiante e inclusiva.

Aprendiendo con perrosNos gustaría citar al docente, fonoaudiólogo y escritor Argentino Carlos Skliar (2020) “la escuela no es sólo hacer la tarea, sino estar con otros”. En ese estar con otros u otras, se entrelazan dinámicas esenciales en donde surgen aprendizajes y se enriquecen los procesos singulares de cada persona. 

Los y las invitamos a observar algunas capturas: Esta foto fue tomada durante una actividad dentro de una institución. Nos invitan a observar cómo a través de una mirada nueva, en este caso nuestra compañera Coca, muchos niños y niñas logran interactuar desde el respeto, logrando así la permanencia en un espacio, una caricia que acompaña y espera lo simple de colorear un dibujo, sostener el lápiz y realizar una producción propia.

Muchas veces desde la vorágine de lo instituido y los tiempos arbitrarios que nos corren, nos olvidamos de la importancia que tiene el aprendizaje del espacio que ocupa el otro. 

No hace mucho tiempo atrás, el concepto que definía a la palabra aprendizaje era la adquisición del conocimiento de algo por medio del estudio, el ejercicio o la experiencia en especial de los conocimientos necesarios para aprender un oficio. Esta noción nos parece que segmenta, deja de lado muchas cuestiones que hoy en día son primordiales a la hora de hablar de aprendizajes. Es decir, no sólo aprendemos para ejercer un oficio, no sólo debemos aprender contenidos por el simple ejercicio de aprender. Aprender implica encontrar en cada niño y niña su fortaleza, explorando su propio talento. Indagando y descubriendo  habilidades propias y subjetivas.

Perros en aprendizaje inclusivoEs por eso que desde nuestro lugar nos proponemos habilitar esos espacios que den lugar a descubrir sus talentos.

Comunicamos algunos de los espacios en donde nos proponemos compartir, generar nuevos aprendizajes. Ambas fotos fueron tomadas en una propuesta escolar en donde niñas y niños fortalecieron el vínculo humano–animal mediante una propuesta primaveral, viéndose reflejado el respeto por el animal, la espera de turnos y la capacidad de comunicarse con la perra (en este caso Coca) mediante la calma y caricias. 

Otra escena se hace posible en el vínculo humano-animal, tal como hacer una ronda respetando turnos, dando así lugar al espacio personal de cada miembro partícipe. 

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Un fuerte abrazo a todos desde Fundación Siempre es Hoy

Nos vemos en las redes!

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