Perros rescatados que ayudan en terapia

En el post de hoy, quiero empezar hablando sobre mi experiencia particular del vínculo que tengo con los animales y cómo empecé a trabajar en este sueño que son las Intervenciones Asistidas con Animales, para seguir explicando por qué los perros rescatados me ayudan a hacer mejores sesiones de psicoterapia.

Desde muy pequeña, los animales siempre me habían gustado, pero me daban miedo. Dos perros me habían marcado en diferentes ocasiones y no podía acercarme a ellos. Hasta que un día en la finca de mi abuelo, a la que íbamos a pasar los fines de semana, me atreví a acercarme a una de las perritas: una perra negra, un poco viejita y muy tranquila, sin ningún ánimo de cambiar su cómoda posición para morder a nadie. Así fue como, poco a poco, empecé a acariciarla con los pies, luego con las manos, luego ya empecé a abrazarla. Un tiempo después, todo eso se fue extendiendo al resto de perros de la finca. Luego, a los perros de amigos y conocidos y así, sucesivamente, hasta convertirme en “la loca de los perros” que soy hoy.

Perros rescatadosDesde el año 2012 he dedicado mi tiempo libre a ayudar a los perros que se encuentran abandonados en distintos refugios de Tenerife. Ha habido épocas en donde la implicación ha sido más asidua y otras en donde las obligaciones no permiten tanta asiduidad, pero sí seguir colaborando como puedo. En esos albergues en donde colaboro he conocido miles de perros diferentes: grandes, pequeños, tranquilos, “agresivos”, asustados, alegres, … Un sinfín de personalidades diferentes. Y es que no me canso de decirlo en mis sesiones, los perros son como las personas; los hay de todas las clases, con distintas personalidades, no muerden porque sí, tienen un lenguaje claro (aunque haya que aprender a entenderlo). Cada vez más en contacto con perros, me di cuenta de que mi profesión (psicología) y mi pasión (los perros) se podían dar la mano para llevar a cabo este precioso trabajo.

Los perros en refugios son todos muy diferentes entre sí, debido a las circunstancias y al ambiente en las que se han desarrollado y crecido. Debido a mi enorme pasión por ayudar a los perros de refugios, y querer ser partícipe de dar una nueva vida a quienes han tenido peor suerte, me he posicionado a favor de la adopción de todos los perros que pasen por mi vida, en lugar de contribuir a la compra. Así es como he adoptado a mis 3 miembros actuales del equipo.

En 2012 adopté a CARMENCITA, una perra que, a pesar de llevar casi 2 años en el albergue, nunca se le veía porque siempre estaba escondida; llegó recién parida y había sido maltratada. Sentía pánico de las personas que se le acercaban. 

En 2016, salvamos a SOFI de una muerte inminente. Perra adulta tipo caniche que pesaba 3 Kg (ahora pesa 10, aunque su gordura es más que evidente). Ella estaba sobre un charco de agua a punto de morir de inanición y con una infección tremenda en el culito.

En 2019 adoptamos a RITA. Una jovencita y alegre perra que había llegado al refugio infestada de pulgas y garrapatas hacía unos meses.

Perros rescatadosTodas ellas acuden conmigo a las sesiones porque, a pesar de su pasado y de las circunstancias desagradables por las que han pasado por culpa del ser humano, han tenido la capacidad de resurgir, de reaprender, seguir y “volver a nacer” en una nueva vida. Se han adaptado a que diferentes grupos de personas las acaricien, les hablen, les den de comer. No están pensando en que una vez alguien las lastimó, en que un día fueron maltratadas o estuvieron al borde de la muerte. Porque los perros no son así. Yo utilizo mucho en sesión las historias de vida de mis perras para que los usuarios (y más bien diría que los humanos en general) aprendan (mos) a ser un poco más perros. Ellos son un claro ejemplo de superación y tienen una capacidad de resiliencia envidiable, siendo capaces de afrontar cualquier situación del pasado y obviarla para adaptarse solo al hoy y vivir el momento. Y es que, para eso también son ejemplo. Los perros viven el aquí y el ahora, sin dejarse llevar por experiencias del pasado, ni por sus pensamientos. Ellos simplemente disfrutan del momento presente. Esto que tengo es lo que existe. Esta es la única realidad posible. Y así de inteligentes deberíamos ser todos los seres humanos.

Es cierto que no es un proceso rápido. Los perros no cambian sus miedos y sus actitudes de la noche a la mañana, pero saben distinguir. Y eso es lo que me causa admiración. Ellos saben distinguir que estas nuevas personas no tienen por qué ser como aquellas que conocí; este nuevo lugar no tiene que ser como aquel en el que viví; este trato está mucho mejor que el que siempre tuve… Si las personas fuéramos más perros, seríamos mucho más felices. Sabríamos distinguir, con más facilidad, que las personas que nos hirieron ya no están, que el nuevo trabajo en el que estoy no es como el anterior, que esta casa es distinta a aquella en la que viví, etc. 

Por todo esto, creo que los perros rescatados añaden un plus a las sesiones, porque nos sirven de ejemplo de superación, de afrontamiento y de mejora. Si estos perros han podido, por qué no voy a poder yo, con mi raciocinio, con mi capacidad de discernir, de analizar, de aprender…

Los perros funcionan así, como reflejo de los usuarios en sesión y son motivadores al cambio y a mirar las cosas desde una nueva perspectiva para tener una vida mucho más plena y feliz. Así que te invito a ti también a ser un poco más perro.

Espero que este artículo te haya gustado y te sea de utilidad. Por favor, comparte y haz que sume si es así!

Un fuerte abrazo a todos desde Ananda

Nos vemos en las redes!

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